Complementariedad y abundancia como principio del orden en la Amazonía

El principio de complementariedad

El buen manejo del mundo depende de que hombres y mujeres cumplan a cabalidad sus roles y se complementen entre sí de manera integral. La complementariedad e interdependencia son aspectos que posibilitan la vida, y están presentes en las relaciones entre hombres y mujeres, en los espacios cotidianos, rituales y organizativos. En este último ámbito, la complementariedad es fundamental para asegurar la reciprocidad, interdependencia y equilibrio de la vida, así como para construir de manera colaborativa una gobernanza integral.

El cuerpo femenino es diferente al cuerpo masculino en la medida en que cada persona se “fabrica” ritualmente, mediante dietas, ceremonias, ritos de paso, etc. a lo largo de su vida. Todo depende de si se trata de un hombre o una mujer, ya que su cuerpo desarrolla habilidades y conocimientos para trabajos y roles específicos basados en la complementariedad.

En las historias de origen, entendidas como la narrativa que explica la existencia de cada ser en el mundo, el territorio es el reflejo de la creación y la mujer es la esencia constitutiva de la tierra a través de su cuerpo, del cual emergió toda la creación, el conocimiento y las herramientas para su manejo.

Por ejemplo, para los pueblos indígenas del macroterrio de la gente de afinidad de Yuruparí, el mundo fue creado por ~robi ~kubu (Mujer Chamán) identificada con la madre tierra, quien poseía los conocimientos y sabiduría para el manejo de la vida, los que finalmente fueron adquiridos por los Ayawa (Dioses masculinos).  Aquí, el mito describe la creación del paisaje, el ordenamiento territorial del mundo, la normatividad para su manejo y la complementariedad entre lo femenino y masculino, que constituyen las fuerzas necesarias para sostener el equilibrio requerido para la conservación y reproducción de la vida en estos territorios.

La yuca como principio femenino y la coca como principio masculino para la reproducción de la vida

De acuerdo con las historias de origen de los grupos de la misma afinidad cultural, la comida cultivada nace a partir del cuerpo de una mujer llamada Yawira quien es esposa de Yebá. Yawira, Diosa de los peces, hija de la anaconda pez, hizo aparecer el casabe siendo el origen de la yuca en este mundo. Ella tomó el dedo de la mano izquierda de su mamá, que se convirtió en la semilla de yuca, y, luego, las clases de semillas de yuca aumentaron y fueron repartidas y cultivadas en diferentes lugares de la Amazonía.

Fotografía: Juan Gabriel Soler

 

En la historia de Yebá y Yawira, la yuca fue entregada a las mujeres y la coca a los hombres, lo que los convierte en elementos esenciales para sostener una maloca y la vida en pareja. Es tal la cercanía entre estos elementos, que se cree que el cuerpo del hombre es de coca y el de la mujer es de almidón de yuca y sin ambos elementos la reproducción es imposible; como lo explica Cayón (2001) “este es el significado de la agricultura y de la alianza matrimonial en la que la yuca y la coca son la metáfora de la reproducción biológica humana y de la naturaleza”.

Los indígenas y la fertilidad de la selva

La Amazonía diversa que conocemos ha sido producto de una relación de dependencia y reciprocidad entre el bosque y quienes lo habitan: los pueblos indígenas. Los procesos de tumba, quema, cultivo y abandono de los terrenos sobre los que se establecen las chagras, han facilitado la revitalización de los bosques, “seleccionando y fomentando la proliferación de palmas y árboles que producen frutos comestibles de los cuales se alimentan peces, animales y personas”1.

Esto, sumado a la definición y respeto por las épocas definidas en los calendarios ecológicos, posibilitan los ciclos reproductivos de animales, insectos, plantas y todos los seres visibles e invisibles que conforman el territorio. Además, todas las actividades deben contar con trabajo chamánico, para pedir permiso a los dueños de todo lo que allí existe y para agradecer por lo que es brindado. Sin el trabajo chamánico, todas las labores son estériles, es decir que la selva amazónica es un espacio construido culturalmente, que depende de la intervención chamanística para su preservación. 

Fotografía: Stefan Ruiz

 

Así, y como se explica en la metáfora de la yuca y la coca, la reproducción de los seres se fundamenta en lo práctico, lo simbólico y lo cultural, ya que todas las relaciones son de mutua dependencia y permiten entender que el universo es un sistema total donde el ser humano es tan solo una parte.

1.Cayón, L. (2001) En la Búsqueda del orden cósmico: sobre el modelo de manejo ecológico Tukano oriental del Vaupés.

Referencias: 

*AATIZOT (2019) Investigación de Semillas.

*Sánchez, Juliana (2016). Memoria, cuerpo y producción de parientes. Relatos de la historia bará sobre la incorporación de métodos anticonceptivos biomédicos en las comunidades indígenas del Alto Río Tiquié.

*Cayón, Luis (2001) En la búsqueda del orden cósmico: sobre el modelo de manejo ecológico Tukano Oriental del Vaupés.

*Parques Nacionales Naturales (2013) La chagra (Weseri) como centro del universo femenino: el saber tradicional de las mujeres del Yaigojé Apaporis.

*Giraldo, Daniel. (2016) La importancia de las chagras dentro de las PIC del Resguardo-Parque Yaigojé Apaporis.

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