FOTOGRAFÍA: Juan Gabriel Soler
Los pueblos indígenas se reconocen como parte de un complejo sistema de seres visibles e invisibles que conforman el todo en el territorio. El ser humano no está separado de la selva, por lo que afectar el territorio es afectar el bienestar de quienes lo habitan.
Para los pueblos indígenas, el equilibrio dinámico entre la gente y la naturaleza se refleja en el orden del territorio, lo que asegura buena salud, cosecha abundante, alegría y vida. Debido a que dependen de las semillas, los animales y las materias primas para su bien vivir, el deterioro de los bosques, las fuentes de agua y de la vida en la selva implica el deterioro de la salud de las comunidades.
La salud va mucho más allá de cómo la entendemos en la sociedad no indígena. Desde su cosmovisión, los indígenas de la Amazonía entienden la enfermedad, sea individual o colectiva, como consecuencia de la ruptura de este equilibrio, de una acumulación indebida de energía, del incumplimiento de las dietas o de las restricciones que ordena el tradicional al hacer una curación, así como el irrespeto de los sitios sagrados.
Debido a que se entienden como parte de un todo, el incumplimiento de los calendarios ecológicos tradicionales también representa un daño al territorio. A cada época del año le corresponden una serie de actividades cotidianas y rituales, de acuerdo a las oportunidades y amenazas que proporciona la naturaleza. Así, y para cada una de las épocas, los sabedores tradicionales realizan rituales en los que piden permiso y agradecen a los dueños del territorio para mantener el equilibrio y asegurar la salud de la población, propiciar la renovación de la vida de todas las especies y la estabilidad energética del territorio.
La permanencia de estos conocimientos tradicionales es vital también para la preservación de los sistemas ecológicos, para afianzar la identidad cultural y para favorecer y reforzar la autonomía de las sociedades indígenas en el manejo de sus territorios. No obstante, y a pesar de que este sistema ha sido el encargado de mantener la salud de los pueblos indígenas, la medicina occidental y otros modelos centralizados han tendido a desvalorar los procedimientos tradicionales de prevención y curación.
Juan Gabriel Soler
Es por eso que desde Gaia Amazonas, promovemos y acompañamos estrategias de investigación ambiental y de los sistemas tradicionales de salud. En el camino recorrido se han desarrollado distintas investigaciones participativas, útiles para identificar las épocas del ciclo anual, las enfermedades de mayor prevalencia en cada época y los tratamientos tradicionales más pertinentes. El conocimiento recopilado por los investigadores e investigadoras, es transmitido a las nuevas generaciones, y adicionalmente, es insumo para los programas de salud intercultural consignados en los Planes de Vida de los Consejos indígenas.