Fotografía: Sergio Bartelsman
‘COVID-19 en la Amazonía colombiana, el impacto de una pandemia en la selva’, el primer especial multimedia de la Fundación Gaia Amazonas, presenta datos sobre la evolución de la pandemia en esta región entre abril y octubre de 2020.
23 de noviembre de 2020-. Entre el 17 de abril y el 31 de octubre, la Amazonía colombiana reportó 22.721 casos de COVID-19. De estos, casi el 80% (18.164) sucedieron en el último trimestre del 2020. En un inicio, Amazonas fue el departamento más golpeado y aunque el pico de contagio se redujo, mantiene una tasa de letalidad más alta con relación al resto del país. Hoy, Caquetá y Putumayo registran el mayor número de contagios, mientras que en Vaupés y Guainía recién empieza el pico.
Entre tanto, y ante una falta de medidas oportunas y suficientes por parte de las autoridades locales, los pueblos indígenas decidieron contener la enfermedad desde sus sistemas de prácticas y conocimientos tradicionales, confirmando una vez más que la clave para mantener la buena salud de las comunidades y los bosques amazónicos está en fortalecer lo propio.
Y es que además de analizar el comportamiento de la enfermedad en esta región, el primer especial multimedia de la Fundación Gaia Amazonas: ‘COVID-19 en la Amazonía colombiana, el impacto de una pandemia en la selva’ -publicado hoy- examina los riesgos que representa esta pandemia para los Territorios Indígenas de Amazonas, Vaupés y Guainía -desde los ríos y los puntos de frontera- y cómo las decisiones más efectivas, es decir, aquellas que lograron mantener una baja tasa de muertes en sus territorios, han sido orientadas por los médicos tradicionales.
La publicación también analiza las medidas adoptadas en los Territorios Indígenas amazónicos, donde los sistemas de conocimiento tradicional han sido la principal respuesta para mitigar los impactos de la enfermedad.
Manejo del riesgo desde la sabiduría indígena
Como se detalla en la publicación, los riesgos para estos pueblos -quienes han asegurado la conservación del pulmón del mundo durante milenios- provienen de diferentes fuentes: el desplazamiento entre ríos, la precaria infraestructura de salud y la remota ubicación de los Territorios Indígenas. En la Amazonía, los ríos son el medio más lento, y el único, para llegar a un centro de salud y recibir atención de emergencia en caso de un contagio.
Dicha situación contrasta, sin embargo, con la fortaleza de sus sistemas de conocimiento y prácticas tradicionales, como lo demostró un primer encuentro del equipo asesor de la Fundación Gaia Amazonas con los Gobiernos Indígenas de los territorios del Bajo Río Caquetá, Mirití Paraná y Yaigojé Apaporis (Amazonas) y Pirá-Paraná (Vaupés).
En estos territorios, además del aislamiento de los centros poblados y personas externas a las comunidades, las medidas incluyeron la preparación de breos y sahumerios para purificar el aire, así como barrer la Maloca para expulsar todo lo negativo que llegue al territorio.
Por otro lado, las prácticas rituales colectivas como los bailes y rituales se mantuvieron a lo largo de los principales ríos y afluentes de Amazonas y Vaupés, en donde el distanciamiento de dos metros y el uso de tapabocas no fueron implementados.
Una estrategia para mantener la buena salud
Precisamente, y para respaldar la gestión autónoma en salud de las comunidades y contribuir al fortalecimiento de su soberanía alimentaria, la Fundación Gaia Amazonas, los Gobiernos Indígenas de 13 territorios en Amazonas, Vaupés y Guainía y Rainforest Norway Foundation, desarrollaron la Estrategia de Emergencia para la Atención del COVID-19 en Territorios Indígenas (CESIT, por sus siglas de inglés) en 12 millones de hectáreas.
En el proceso, contaron con el apoyo financiero de la Agencia Noruega para Cooperación al Desarrollo (NORAD), la Fundación Skoll, la Fundación Santo Domingo y la Fundación Mulago; además de aliados estratégicos como la Embajada de Noruega, Parques Nacionales Naturales, OPIAC, Amazon Conservation Team (ACT), Fundación Etnollano y Fundación Rye & Tye NOORDA.
Como parte de la estrategia, 3.033 familias recibieron información con la que han podido formar su propia concepción sobre el origen y la naturaleza de la enfermedad. Con ese propósito llegaron a sus territorios 666 cajas de herramientas con mensajes y guías sobre medidas básicas de cuidado individual y colectivo.
En mayo, y nuevamente en agosto y septiembre, recibieron un total de 4.450 kits de apoyo para el aislamiento con insumos y herramientas suficientes con el objetivo de que no se desplazaran hacia los centros urbanos, donde hay una mayor probabilidad de contagio.
De igual forma, la estrategia contempla un fortalecimiento a la red de comunicaciones: la instalación de 64 radioteléfonos en el primer bimestre de 2021 para monitorear la evolución de la enfermedad en los Territorios Indígenas de los tres departamentos.
La necesidad de un sistema de salud intercultural
La pandemia ha reabierto el debate sobre la necesidad de implementar un sistema de salud intercultural que abogue por la recuperación e implementación de los conocimientos y especialidades tradicionales para tratar las enfermedades propias de la selva; y en un ejercicio de complementariedad, incorpore algunas prácticas del sistema occidental que son necesarias para atender enfermedades que surjan a partir de la interacción con personas externas a sus comunidades.
Como lo asegura Fancisco von Hildebrand, director de la Fundación Gaia Amazonas, “esta pandemia ha confirmado, una vez más, la efectividad de los sistemas de prevención y manejo de riesgo bajo los que se han regido los Pueblos indígenas de la Amazonía colombiana durante miles de años. Fortalecerlos no solo es nuestro objetivo, sino el punto de partida para garantizar la buena salud de los territorios, sus comunidades y del pulmón del mundo. ¡Nuestra salud es la salud de la Amazonía!”.