FOTOGRAFÍA: @coicaorg y @OPIAC_Amazonia
Entre el 14 y 29 de marzo, se desarrolló la Pre-Conferencia de las Partes de Biodiversidad en Ginebra, Suiza, PreCOP. En este encuentro, representantes de alrededor de 200 países se reunieron con el objetivo de adelantar las negociaciones de un acuerdo de protección de la biodiversidad posterior a 2020. A continuación, presentamos algunas de las conclusiones más relevantes de estas negociaciones para la conservación de la Amazonía y enfatizamos en otros que aún tienen limitantes o no se han desarrollado lo suficiente, y son de igual relevancia para la Amazonía, por lo que esperamos que sean abordados a profundidad en los próximos encuentros.
Durante esta PreCOP, aumentó el respaldo a la Meta 3, también conocida como Meta 30×30, que propone que al menos el 30% de la tierra y los océanos del planeta estén bajo alguna figura de protección. Alrededor de 90 países apoyan el estudio científico que postula que este porcentaje es la cantidad mínima ambiciosa de conservación necesaria para frenar la pérdida global de biodiversidad. Además, en esta misma pre conferencia, algunos países destacaron la importancia de definir metas específicas para regiones clave para la protección de la biodiversidad, tal como se expuso en el pronunciamiento 2.0 de la Alianza NorAmazónica (ANA). Para regiones como la Amazonía, plantear una meta específica que sea pertinente para esta, y que quede acogida en las Estrategias Nacionales de Biodiversidad y Planes de Acción de los países amazónicos, pueden ser insumos claves para evitar la aceleración de la pérdida de biodiversidad.
Respecto a la Meta 30×30, también se destacó la importancia de considerar la inclusión de lenguaje que reconozca el rol de los pueblos indígenas y las comunidades locales para lograr esta meta. Así pues, como respuesta a las solicitudes de líderes indígenas, se añadieron términos como “Gobernado de forma equitativa” y frases como “Haciendo efectivos los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales. Estas inclusiones deberían derivar en compromisos fortalecidos respecto a garantizar la participación efectiva de estas comunidades en la implementación de esta meta.
Ahora, a pesar de estos avances, es necesario reconocer las limitaciones que existen respecto a la participación efectiva de los Pueblos Indígenas. Tal como se menciona en el Pronunciamiento 2.0 de la ANA, es fundamental que exista un reconocimiento explícito de la consulta previa y de los estándares de consentimiento libre, previo e informado en relación con los territorios y los derechos de los Pueblos Indígenas, además de la implementación de instrumentos propios de ordenamiento. Aunque durante la PreCOP, algunos países respaldaron el reconocimiento de lenguajes y del papel de los Territorios Indígenas en la protección de la diversidad Biológica, este es un tema que necesita más apoyo; sobre todo, cuando se trata del desarrollo de metas específicas en materia de participación, pues existen posiciones encontradas entre los países al respecto.
FOTOGRAFÍA: @coicaorg y @OPIAC_Amazonia
También es importante considerar que durante las negociaciones del Marco post 2020 se ha hecho mención a temáticas como el clima y el calentamiento global. Si bien es relevante reconocer el vínculo entre las agendas globales de cambio climático y biodiversidad, los países del norte también han aprovechado este argumento para disminuir su compromiso con la movilización de recursos hacia la agenda de biodiversidad. Estos aseguran que los recursos invertidos en clima cubren las necesidades en cuanto a fondos para la agenda de biodiversidad, limitando su compromiso político a estos puntos y dejando de lado otros asuntos importantes respecto a la diversidad biológica. Esto es preocupante, especialmente en el escenario actual donde el planeta enfrenta la peor pérdida de vida desde la época de los dinosaurios, como lo postula el reporte científico de la IPBES (Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas).
Por último, aunque el papel de la agroecología y la gestión dinámica del suelo que desarrollan Pueblos Indígenas y productores locales debe ser un tema pertinente para este Acuerdo global de Biodiversidad -por su aporte con el fortalecimiento de la agrobiodiversidad, especialmente porque estas prácticas históricas son claves para la restauración, mantenimiento y desarrollo de la biodiversidad del suelo- el abordaje de este tema aún es limitado.
Desde la Alianza NorAmazónica, consideramos urgente y prioritario abordar este tema, ya que estos sistemas de manejo territorial han demostrado ser un método de prevención de la deforestación bastante eficaz, incluso por encima del uso de figuras como las Áreas Protegidas, como es el caso de Colombia, donde Pueblos Indígenas y sus territorios presentan los mejores indicadores frente a la prevención de la deforestación. Según la segunda Colección de la Plataforma MapBiomas Amazonía, en las últimas tres décadas los Territorios Indígenas perdieron tan soloun 2.0% de su cobertura forestal.
Finalmente, a pesar de los avances que favorecen la ruta hacia la conservación ambiental y el papel de los pueblos indígenas en este proceso, existen aún varias cuestiones por precisar que resultan fundamentales para la protección del bioma amazónico. Debido al alto porcentaje de secciones de redacción de las metas aún en corchetes -pendientes-, el CDB ha convocado a una 4rta PreCOP (OEWG4) presencial que se desarrollará en Nairobi, África en junio de este año. Se espera que esta nueva negociación sea un escenario que promueva compromisos en torno a la participación de los Pueblos Indígenas, el reconocimiento de sus actividades agroecológicas, y gestión y manejo del territorio como sistemas eficaces y efectivos para proteger la biodiversidad.