Fotografía: Sergio Bartelsman
Ya está disponible la segunda colección de ‘Mapas anuales de cobertura y uso del suelo’, una herramienta que permite monitorear esta transformación en los nueve países de la región Amazónica, entre 1985 y 2018; así como las presiones que enfrentan sus bosques y ecosistemas naturales.
Los mapas, gráficos y datos de la plataforma son elaborados por la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) y el equipo de MapBiomas Brasil.
Más de tres décadas de historia inédita sobre el estado de cobertura vegetal, así como tendencias y cambios ocurridos anualmente en el uso del suelo del bioma amazónico, están reunidas en esta segunda colección de la plataforma MapBiomas Amazonía. Los mapas cuentan con una resolución espacial de 30 metros y fueron generados por técnicos y especialistas de cada uno de los países de la región, característica que permite un mayor nivel de detalle y precisión en la información obtenida.
Esta herramienta tiene cubrimiento sobre todo el bioma Amazónico. Desde los Andes, pasando por la planicie amazónica y las transiciones con el Cerrado y el Pantanal. El análisis muestra que entre 1985 y 2018, se registró una pérdida de 72,4 millones de hectáreas de cobertura vegetal natural; un área equivalente al territorio de Chile que significa un crecimiento del 172% en áreas dedicadas a la agricultura y la ganadería en 33 años. Sin embargo, el bioma amazónico aún mantiene el 83,4% de su cobertura vegetal natural.
Cómo funciona
La ‘Colección 2.0 de MapBiomas Amazonía 1985-2018’ permite visualizar de manera libre, gratuita y descargable los mapas a nivel regional, nacional e incluso local; identificar áreas cubiertas con bosques, campos naturales, manglares, agropecuaria y ríos, entre otras clases y entender la dinámica de cambio de uso del suelo dentro y fuera de un Territorio Indígena o un Área Protegida. Así, por ejemplo, se puede identificar las zonas rojas, donde hubo cambios importantes, como la sustitución del bosque por cultivos agrícolas o pastizales.
Otro gran aporte en esta segunda colección es que, además de explorar los mapas y la información geográfica, los usuarios pueden acceder a estadísticas, tablas y gráficos dinámicos asociados para comprender cómo se han dado estas transformaciones en un periodo de tiempo y extensión geográfica determinados.
Cómo se hizo
La información contenida en la plataforma es homogénea en términos metodológicos y de escala, por ende es comparable para todos los países. De igual manera, esta herramienta aporta a la delimitación de ecosistemas compartidos entre varios países de la región, respondiendo a un objetivo común: entender y manejar la Amazonía con una visión integral, como un sistema complejo que traspasa las fronteras.
También contempla 21 clases de coberturas de la tierra que incluyen los glaciares andinos y las formaciones forestales de las llanuras amazónicas, con un detalle y precisión de análisis exclusivos de esta plataforma.
Todo el procesamiento de datos es realizado con algoritmos de clasificación automáticos, a través de datos en la nube alojados en la plataforma Google Earth Engine. Además, se tuvieron en cuenta variaciones altitudinales propias de la Amazonía andina y particularidades de cada ecosistema, mediante una subdivisión por regiones que hace más precisa la clasificación automática.
La evolución de la plataforma
En un inicio, MapBiomas desarrolló esta herramienta de monitoreo de uso del suelo para Brasil. Sin embargo, el aporte de todas las organizaciones que conforman la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) ajustaron los resultados y el análisis a la geografía de cada uno de los países amazónicos; de este modo, el conocimiento local ha permitido mejorar la herramienta y afinar la interpretación de datos.
Así, en el 2019, se presentó la primera Colección que cubría el periodo 2000-2017. Hoy, después de un intenso trabajo de la RAISG -con la colaboración técnica del equipo de MapBiomas Brasil y financiera de la fundación Moore- esta segunda Colección contribuye al conocimiento y análisis de la Amazonía con un enfoque regional, un territorio compartido. Por eso, incluye información tan importante como los vectores de presión sobre los bosques y otras coberturas como minería, petróleo, vías e hidroeléctricas.