FOTOGRAFÍA: Hendrerit felis nisl
El pasado 20, 21 y 22 de noviembre se instaló en Bogotá The Interfaith Rainforest Iniciative IRI con el apoyo de La Iniciativa Internacional para el Clima y los Bosques del Gobierno de Noruega (NICFI por sus siglas en inglés) Participaron líderes indígenas y afro, así como representantes de las iglesias episcopal anglicana, presbiteriana, cristiana, católica, musulmana, Hare Krishna, budista, taoista, evangélica y ortodoxa griega. Esta plataforma busca servir de plataforma para que líderes religiosos, pueblos indígenas, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil trabajen de la mano en acciones que protejan los bosques y a sus mejores guardianes: los pueblos indígenas.
Martin von Hildebrand, fundador de Gaia Amazonas, es miembro del comité asesor de esta importante iniciativa que se originó el 19 de junio de 2017 en Oslo con la presencia de líderes religiosos y pueblos indígenas de Brasil, Colombia, la República Democrática del Congo, Indonesia, Mesoamérica y Perú. Gracias al apoyo de Rainforest Norway, la NICFI propuso esta alianza para reducir la deforestación y la degradación de los bosques tropicales del mundo.
De los cinco tipos de bosque que se encuentran en Colombia, el bosque húmedo tropical es el que predomina en la Amazonía, por lo que su protección es prioridad para el país y el mundo: “Juntos, las religiones y los credos pueden ayudar a terminar con la deforestación tropical. Los recursos espirituales, la guía moral y autoridad, y la influencia sin paralelo de los líderes religiosos y las comunidades de fe se necesitan con urgencia para proteger los bosques tropicales restantes del planeta.”[1]
El bosque tropical de la Amazonía es hogar de un tercio de las especies de la Tierra, brinda servicios ecosistémicos indispensables para la humanidad y posee un valor cultural, práctico y espiritual excepcional, tanto para sus habitantes tradicionales como para el mundo. Actualmente, se encuentra en peligro debido a la acción de las industrias extractivas, la agricultura, la ganadería y otras formas de explotación de recursos naturales.
Por ahora, la iniciativa se concentrará en la Amazonía de Colombia, Brasil y Perú, sin embargo, ya se ha desarrollado en países como el Congo e Indonesia, donde los bosques están bajo presión y amenaza de los cultivos de palma y otras industrias extractivas.
Partiendo del reconocimiento de la pluralidad de credos y espiritualidades, así como de la comprensión de la importancia de la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas, quienes han sido garantes de la conservación de los bosques tropicales, los líderes religiosos se comprometieron a:
*A contribuir un proyecto de economía que supere al extractivismo y la industrialización destructiva y se vincule con la visión indígena del buen vivir para garantizar el bien común.
*A denunciar todas las violaciones de los derechos humanos y de la naturaleza y a exigir el pleno cumplimiento de la justicia. No más fumigaciones
*A fortalecer las capacidades para la acción protectora ambiental de las organizaciones de los pueblos indígenas, comunidades negras y demás habitantes de los bosques tropicales.
*A respetar y promover la autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas en la gobernanza de sus territorios ancestrales.
*A mediar en la transformación dialogada de los conflictos.
*A motivar a los funcionarios a alinearse en el impulso de políticas públicas basadas en el desarrollo humano.
*A apoyar todos los mecanismos de participación comunitaria y social y a resaltar el papel de la mujer en el cuidado de la vida en todas sus formas.
*A convocar a las comunidades de fe en todo el mundo a que apoyen esta Iniciativa interreligiosa, pluriétnica y multicultural.
*A promover que las voces que nacen en los bosques tropicales sean escuchados a nivel local, nacional e internacional.[2]
Por otro lado, los líderes religiosos aprovecharon el encuentro con líderes indígenas y afro para pedir perdón por los crímenes cometidos en tiempos de evangelización y adoctrinamiento, por lo que dijeron: “Somos herencia de una colonización en la que no prevalecieron las voces compasivas de las religiones. Por ello, nuestras confesiones están pidiendo perdón a las generaciones actuales de los pueblos originarios y esclavizados, al que acompañamos del compromiso de no repetición y de una acción reparadora que proteja la vida humana y la naturaleza con sus bosques tropicales”.
[1] Nota Conceptual de la Iniciativa, Oslo 2017
[2] Agradecimiento y Declaración de la Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales en Colombia